dimarts, 13 d’abril del 2021

«¿Somos pasto para el populismo?». Dos estudiants de 2n de BAT-B opinen al respecte

Per Jordi Gramatge

Como hemos visto estos últimos años (y seguiremos viendo), ante una situación económico-social difícil donde se involucre la política, las personas tienden a alejarse de esta, apartándose de las soluciones complejas y buscando las fáciles, caldo de cultivo para el populismo.

El populismo se evidencia cuando el espíritu crítico y rebelde desaparecen; cuando, perdidos y faltos de recursos y criterio propio, decidimos seguir al rebaño. Y con frecuencia, la llegada de pastores con habilidades dignas de una sofista propicia aún más su aparición. Con un discurso populista, Hitler, en una época de crisis, ganó las elecciones alemanas a base de sentencias claras y fáciles, atractivas: aquello que el pueblo quería oír.

No es diferente a lo que pasa hoy en día: el discurso culpabilizador va ganando popularidad, pues es una solución sencilla, una manera de desentenderse del problema y de descargar todo el odio. Ni tampoco es distinto de lo que pasará: desesperados, sin criterio propio, los discursos fáciles irán ganando más y más fuerza. ¿Quién sabe cómo acabará?

La diferencia entre el ahora y otras épocas pasadas es que existe una alfabetización casi completa de la población. ¿Y qué cambia esto? Que el hecho de haber recibido escolarización nos permite a gran parte de nosotros, las nuevas generaciones, desarrollar un —como hemos mencionado anteriormente— espíritu crítico, y por tanto seremos menos propensos a caer en la acción desesperada de refugiarnos en el populismo.

Aun así, la globalización de la que gozamos también permite que estos movimientos se expandan rápidamente y ejerzan cierto control. Es un futuro incierto, aunque se puede advertir la naturaleza que tendrá.


Per Rafa Ribera

Actualmente, vivimos en una sociedad inmersa en las nuevas tecnologías buscando el aislamiento del mundo que nos rodea. Estamos perdiendo la capacidad crítica, la habilidad primordial de distinguir lo verdadero de lo falso, lo correcto de lo incorrecto, y eso nos puede traer consecuencias inmensamente trágicas, porque recordemos: la historia se repite.

Es muy sencillo entrar a Twitter y en menos de cinco minutos malnutrirse de información de todo tipo. Todo el mundo debería conocer hoy en día el término de las Fake News, pues vivimos rodeados de ellas. Estas noticias falsas y manipuladas tienen un único objetivo: influir en el pensamiento y las actitudes de sus receptores. Los bulos que circulan por las redes son infinitos y altamente atractivos para todos los públicos.

De criminalizar a los refugiados por llegar a España con el virus a crear conductas xenofóbicas entre el pueblo solo hay un paso, y cada vez es más sencillo de realizar. ¿No nos recuerda esto a algo? Efectivamente, “Alemania para los alemanes” o “América para los americanos”. Citas textuales de Hitler y Trump, respectivamente, pero con ochenta años de diferencia. Uno utilizando la comida y el otro, las redes sociales y la desinformación, populismos en toda regla.

Contrastemos, leamos, tengamos opiniones personales. Debemos evitar que el populismo crezca y nos lleve a la ruina. Vivimos en una decadencia que nos está acercando a este trágico final, pero todo tiene solución.

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