dimarts, 24 de novembre del 2020

Som el que publiquem en les xarxes? Un article d’Ignacio Doménech (2n Bat-B) reflexiona sobre el tema

Felicidad permanente, fiesta continua, viajes constantes, grandes amigos que de pronto se desvanecen y de cuya pasada existencia ya no hay rastro, apasionados romances, riquísimas comidas… ¡Ah, y cumpleaños, muchísimos cumpleaños! Pero ¿es eso en verdad la vida de quienes nos rodean? ¿Son en verdad así?

Si nos fijamos en las publicaciones de Instagram o Facebook de aquellos que nos rodean, observaremos una vida idílica, pues nadie sube a sus redes sociales los suspensos, suben las imágenes de la graduación; nadie sube las decepciones amorosas, suben imágenes con su pareja, aparentemente muy enamorados, hasta que dejan de estarlo y estas desaparecen mágicamente; nadie sube las tristezas, las decepciones, los fracasos… Aunque también somos esa parte negativa de nuestras vidas. 

Al ser preguntado el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, sobre su posible entrada en las redes sociales, el autor de La ciudad y los perros concluyó que sería un tiempo que perdería de leer. Quienes se pasan la vida en las redes, tal vez, delaten una vida vacía, libre de un enriquecimiento cultural que podría ser mucho mejor para ellos.

Estos mismos son los que popularizan expresiones como: «Si no estás en las redes, no eres nadie». Como dijo la actriz Carmen Maura: «Pues qué suerte no ser nadie». No ser nadie se va convirtiendo poco a poco en sinónimo de serlo todo.

En conclusión, es posible afirmar que somos mucho más que lo publicado en redes, pues si hay algo que verdaderamente no somos son esos 140 caracteres de Twitter o las publicaciones de Instagram. Esto son proyecciones ilusorias de nosotros mismos para el lucimiento ante la comunidad.

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