Soy una
adolescente y, por lo tanto, se supone que tengo un gran interés en la
educación, sus leyes y los cambios, pero ¿hasta qué punto nuestra generación
realmente está influyendo en eso? Supongo que muchos dirán que nosotros, los
jóvenes y estudiantes, somos el pilar de todas esas leyes, o al menos la vena
para hacer cambios en la educación, pero yo personalmente no lo creo así.
Nuestra formación es importante, sí; por consiguiente, no creo que se deba
dejar en manos de unos cuantos adultos, personas que ya han terminado sus
estudios, a las que esto no les afecta prácticamente y que posiblemente no miren
al 100% por nuestro beneficio.
Todo esto lo
explico porque, hace unos días, comentábamos en clase la nueva reforma
educativa, y más del 80% ni lo sabía; eso nos hace ver la indiferencia que hay
ante un cambio en la educación, un tema tan importante.
Algunos no decían
nada, otros se mantenían neutrales, unos pocos estaban a favor y el resto, en
desacuerdo, diciendo que, por ejemplo, el cambio en las recuperaciones y las
nuevas asignaturas no les ayudaban para nada. Y claro, obviando el hecho de si
tienen razón o no, siempre está la cuestión: ¿alguien nos ha preguntado? A nosotros,
los que estamos en primera línea en relación con esto, no.
Es difícil, está
claro, que los adultos, los políticos, pongan algo tan importante como la
educación en manos de unos adolescentes, pero espero que en algún momento se
recapacite sobre esto, porque, aunque es evidente que aún somos niños y que no
podemos establecer nosotros una cosa tan crucial como la formación, algo
podremos influir y, como consecuencia, mejorarlo, o eso espero.
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