El cànon de bellesa femení,
variable històricament, ha experimentat una marcada evolució al llarg dels
segles. La influència, positiva o negativa, que el model de bellesa imperant exerceix
sobre els joves ha impulsat Paula Torró Albero, alumna de 1r de Batxillerat
Humanístic, a reflexionar sobre la dictadura del físic.
El
concepto de belleza
Paula Torró
La belleza siempre ha sido, es y
será un concepto enteramente subjetivo. Esto es una consecuencia de las
múltiples visiones de la realidad que ofrece nuestra especie, el ser humano.
Dicho esto, a mi juicio debemos tener más que presente una relación de esta
noción con otra que considero crucial e indivisible: belleza y salud.
En el Renacimiento, las mujeres
bellas eran blancas como el marfil, delgadas como un junco —pero con caderas y
estómago redondeados— y con cabellos tan dorados como el sol. Bien, si nos
paramos a pensar, nada de esto era muy saludable, excepto el color del cabello,
que no guarda relación con la salud. Los poetas herederos de Petrarca se
encargaron de marcar unos cánones claros de belleza en la sociedad. Estas
premisas, en mi opinión, son restrictivas y segregan (independientemente de la
época en la que se viva).
Respecto a la actualidad, podemos
decir que poco ha cambiado en relación con el seguimiento de unos preceptos
fijos. La única variación significativa que encontramos es la fuente de
difusión. Hemos cambiado la poesía por el Instagram, un cambio poco
enriquecedor para mi gusto. Si sintetizamos esta información, la única
diferencia extraíble entre estas dos formas de ver el mundo, aparte del canal
de divulgación, son los cánones de belleza en sí: ahora o se buscan pompis
exageradamente grandes y una voluptuosidad desmesurada o triunfa la extrema
delgadez, cincelada a golpe de bisturí.
En resumidas cuentas, la sociedad se
empeña en marcar unas pautas fijas y se encarga de adoctrinar a cada individuo
para que las siga. Esto es malsano, puede desembocar en problemas psíquicos
originados por los complejos que provoca el hecho de no satisfacer los
estándares de belleza. Los jóvenes deben aceptarse a sí mismos y valorarse como
personas.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada