dilluns, 6 de maig del 2024

Crítica teatral del 'Quixot', de Bambalina Teatre

Text, Irene Cambra Picado (1r BAT-E)

Fotografia, Bambalina

El pasado 25 de marzo tuvo lugar en la Sala Gomis la representación de la obra maestra de la compañía Bambalina Teatre, “Quijote”. Una obra dirigida por Carles Alfaro que ha recorrido, durante más de treinta años, más de medio mundo mostrando la historia de este caballero andante.

Esta función destacó por su simpleza en el montaje y por la falta de lenguaje durante toda la hora que abarcó la obra. Lo que me sorprendió fue que con simples gestos, onomatopeyas y movimientos los actores supieron trasmitir a la perfección la historia y las emociones por las que Don Quijote y Sancho Panza atravesaban en cada instante.

Además, el decorado era muy simple, compuesto por una mesa rectangular negra y un fondo de color oscuro iluminado únicamente con nueve velas a cada lado de la mesa, creando así un ambiente más íntimo que te hacía conectar de una forma especial con los personajes y vivir sus aventuras de forma más cercana. La puesta en escena me pareció magnífica; con unos cuantos libros, humo y algún que otro objeto sabías a ciencia cierta en qué paisaje o lugar se encontraban los personajes, y eso fue algo que me fascinó.

Aunque el hecho de que las marionetas interactuaran con los propios actores y que estos hicieran de personajes secundarios me pareció muy original, sí que es verdad que en el transcurso de la obra a veces estas pequeñas interacciones me hacían dudar si el actor estaba solamente dando vida a la marioneta y esta interactuaba con él, o verdaderamente el actor hacía de otro personaje que aparecía en la historia.

Principalmente, la obra cuenta las aventuras de estos dos amigos, pero los actores consiguieron mediante gestos faciales no muy comunes, expresiones indescifrables y tonos de voz cómicos, sacarme en más de una ocasión una sonrisa en la cara, y es que esta obra te hace sentir muchas emociones en los sesenta minutos que dura.

Para finalizar me gustaría destacar que, a pesar de saber que esta representación había tenido mucho éxito, no iba con grandes expectativas, pero al acabar y oír todos los aplausos del público, tuve la sensación de que estos eran bien merecidos, ya que me había adentrado tanto en la historia que no me había dado cuenta de que esta se había terminado.

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