divendres, 30 de setembre del 2022

“Educación sexual y desinformación”, un article de Marta Revert Sarrió

Actualmente, la educación sexual en España es prácticamente inexistente. A diferencia de otros países de Europa en los que es obligatoria, como Suecia y Alemania, la educación sexual en nuestro país sigue siendo un tema de debate entre los que defienden una asignatura necesaria en las escuelas y los que lo perciben como materia opcional e incluso prescindible. Sin embargo, hay muchas razones por las que se deberían instaurar enseñanzas sobre sexualidad.

Los niños y adolescentes que carecen de educación sexual y que quieren aprender autónomamente solo encuentran una opción: localizar información en Internet. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), casi el 90% de los menores de diez años en España tiene acceso a la Red. En algunos casos, que aprendan por ellos mismos puede ser una buena alternativa, pero la mayoría de las veces obtendrán sus aprendizajes de la pornografía.

El problema del contenido pornográfico es que no enseña consentimiento, prevención ni “cuerpos reales”. A causa de la desinformación, o mala información, aumentan los embarazos juveniles. Y algo que los jóvenes olvidan (o desconocen) es que la falta de protección también provoca enfermedades de transmisión sexual.

Más allá de estas consecuencias que todos conocemos, se encuentra la violencia sexual. Ya no es solo que la pornografía y la falta de educación afectivo-sexual hayan causado un incremento de los casos de agresiones hacia la mujer, sino que, además, muchas víctimas ni siquiera saben que están sufriendo acoso, dado que el desconocimiento provoca que ignoren que eso no es lo normal.

Una buena educación sexual, por lo tanto, permitirá a los jóvenes no solamente informarse de las consecuencias de la desprotección y las relaciones reales, sino también saber discernir realidad y ficción, así como ser capaces, en el caso de las féminas, de gritar bien alto NO.

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