El pequeño pez que quería ganar
Arnau e Iván eran dos
amigos que iban juntos a judo. A pesar de tener la misma edad, Iván era más fuerte
que Arnau y siempre le ganaba. Cansado de esta situación, Arnau tuvo que
preguntar al maestro para solicitar ayuda.
—Maestro Marcos, necesito su
consejo. ¿Cómo puedo vencer a Iván? Él siempre me gana, sin importar lo que
haga… —dijo
Arnau cabizbajo.
—Arnau, déjame contarte una historia
—respondió
el maestro mientras recogían.
Hace muchos años, en las
lejanas tierras orientales, había una pequeña carpa que vivía en un río. La pequeña
carpa solo conocía la parte del río donde ella vivía y nunca supo qué había río
arriba.
Deseoso de descubrir los
secretos que escondía la cima de la montaña, el pez empezó a subir río arriba.
Nadó durante mucho tiempo, días y noches, pero no se movía del sitio. Siguió y siguió
nadando hasta que, finalmente, un día empezó a avanzar por el curso.
El tiempo pasaba y cada
vez el pez conseguía remontar más. Había lugares en los que la corriente era
verdaderamente fuerte, pero la carpa seguía nadando y la superaba más
fácilmente.
Después de mucho tiempo
y esfuerzo, la carpa ya podía otear el río desde la cima de la montaña, y se
dio cuenta de que había cambiado: la pequeña carpa que no había podido nadar
río arriba ahora era un gran dragón que podía ascender hasta el cielo.
—Entonces, maestro, si sigo
intentando nadar río arriba, ¿podré ganar a Iván? —preguntó Arnau emocionado, que
había entendido la historia de su maestro.
—Así es, Arnau. Si sigues esforzándote mucho y practicando, ganarás a Iván —dijo el maestro satisfecho.
Durante las siguientes
semanas se llevaron a cabo muchos torneos de judo y Arnau siempre perdía contra
Iván. Pero cada vez a Arnau le costaba menos. Y cada vez menos. Y menos. Hasta
que pocas semanas después, finalmente Arnau consiguió vencer a Iván. Y se
percató de que había dejado de ser una carpa.
Aunque el destino sea muy lejano,
si lo intentas cada vez te será más liviano.
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