¿Quién prefiere pasar
los calurosos días de verano recorriendo un rectángulo lleno de agua pudiendo
recorrer y explorar las infinidades del mar? Como habréis intuido, soy una
chica de playa, por lo que intentaré convenceros de por qué deberíamos serlo
todos.
Es evidente que la piscina
es mucho más cómoda, puesto que puedes tenerla en tu misma casa y no es
necesario desplazarse, a veces, incluso a otras ciudades para practicar unos
largos y refrescarte. Pero ¿por qué debemos dañar nuestro planeta y gastarnos
dinero construyéndonos una piscina por comodidad pudiendo usar un recurso que nos
ofrece la naturaleza? Un recurso infinito y gratuito que tenemos a nuestra disposición
a tan solo unas horas en coche o menos, en algunos casos. El mar lo tiene todo:
puedes pasar un día estupendo nadando, tomando el sol, paseando, buceando o
admirando el fondo marítimo.
No desaprovechemos,
pues, las maravillas que nos regala la naturaleza, cuidemos lo que tenemos para
seguir usándolo y no gastemos energía innecesariamente.
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