El passat mes de maig,
Facebook anuncià que pròximament incorporaria a la seua plantilla 3000 nous
treballadors per revisar tots els vídeos de la xarxa social i frenar, així,
continguts violents com per exemple suïcidis, tirotejos o assassinats en temps
real. Aquesta mesura, que ha impactat profundament en l'alumnat de 4t d'ESO, ha
portat Jana Ruiz Castro a reflexionar al voltant de la qüestió en aquest
assaig.
Per Jana Ruiz Castro, alumna de 4t ESO
Las redes sociales son unas herramientas
que utilizamos para comunicarnos hoy en día. Los jóvenes, cada vez más, creen
que son imprescindibles en sus vidas. Pero ¿cuál es la verdad sobre esto? En mi
opinión, tienen más inconvenientes que provechos, y los desastres que pueden
llegar a ocasionar quizá sean graves e irreversibles por nuestro comportamiento
ignorante.
Pongamos por caso la violencia
cibernética o ciberbulling, pues las
redes sociales potencian la divulgación de estas actividades entre los más
influenciables. Como Amanda Todd: una joven que se suicidó hace unos años
porque un usuario llamado «Anonymous» la amenazó con compartir una foto de sus
senos que había conseguido mediante el engaño. Por casos como estos, los
expertos nos advierten del peligro de compartir fotos comprometidas o datos
personales a través de Internet.
Imatge del popular vídeo del "cara anchoa" |
Al parecer, los jóvenes siguen con
su vida, consolándose con frases como «eso no me pasará a mí». Por ello, en
vista de su respuesta, Facebook va a añadir a 3000 personas para revisar los
vídeos de la red social, porque la capacidad de divulgación de estos monstruos
es grandísima, lo que provoca que la sensación de vergüenza y sufrimiento del
acosado se multiplique exponencialmente. ¿Se han planteado cuántos usuarios
pueden ver un vídeo de estas características? Hace menos de un año se hizo
viral el vídeo del «cara anchoa», que probablemente conocerán porque tuvo cientos
de miles de reproducciones, además de todas las parodias que se compartieron a
través de Twitter, Instagram, Facebook...
Muchos creen, en fin, que no les
sucederá a ellos, que por hacer un buen uso de las redes están a salvo, pero no
es así. Los jóvenes son los más vulnerables, pudiendo ser objeto de bulling, pudiendo estar en el punto de
mira de alguien. Además, las redes sociales envalentonan a todo el mundo y por
medio de ellas se puede acosar incluso anónimamente, como en ask.fm. Sin
olvidar que corrompen a los menores. El caso más reciente al respecto es el del
«reto de la ballena azul», que induce a los más jóvenes a autolesionarse o a
llegar al suicidio. De hecho, ya ha habido decenas de ellos.
A todo esto hay que sumar la
dificultad de huir de las redes sociales. Cuesta mucho no entrar en ellas dada
la influencia que tienen en nuestras vidas y en nuestra sociedad. ¡Hasta en
ámbitos de trabajo puede uno verse obligado a usarlas! Y una vez entraste... es
prácticamente imposible desaparecer totalmente como usuario.
Las redes sociales son monstruos
creados por el hombre que nos terminan devorando junto con nuestro tiempo, amigos,
pareja, dignidad, moral, autoestima e incluso la vida. Todo lo que nos arrebatan
no es comparable con lo que nos dan: tiempos muertos y ganas de más. Las redes
sociales son la mejor arma que nos ha dado Internet.
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