- ¿Olvida usted algo?
- ¡Ojalá!
Escrit
per un alumne de 1r de Batxillerat
Luis Felipe Lomelí, autor del microrelat |
Cuando leí El emigrante, de Luis Felipe Lomelí, me quedé pensando en
la frase más corta del mundo que, sin embargo, podría llenar el espacio de un
camión de mudanzas. Porque ese “¡Ojalá!” no es solo una palabra; es una mochila
invisible cargada de todo lo que quisiéramos dejar atrás.
Imagino al emigrante en un aeropuerto cualquiera, mirando de reojo su
pasaporte y su maleta. Una voz burocrática le pregunta: “¿Olvida usted algo?”.
Él suspira. Quisiera responder: “Sí, por favor, olvídenme a mí también”. Pero
no lo dice. En cambio, escupe un “¡Ojalá!” que lleva el peso de todas las despedidas.
Esa interjección suena como si intentara enterrar un pasado incómodo bajo una
alfombra, pero al mismo tiempo resuena como una esperanza, una pequeña plegaria
de que todo irá mejor.
El cuento, con su mínima extensión, tiene un efecto expansivo. ¿Quién no ha
sentido alguna vez ese deseo de olvidar algo? Quizás un amor que fracasó, una
discusión que dolió o, incluso, una versión de nosotros mismos que ya no
reconocemos. El emigrante nos pone frente a ese espejo incómodo y
universal: todos llevamos cosas que desearíamos dejar atrás, pero el olvido no
se incluye en la tarifa de equipaje.
En un mundo actual donde las migraciones están marcadas por el desarraigo y
la búsqueda de nuevas oportunidades, el cuento de Lomelí no solo es moderno, sino
necesario. Habla de aquellos que cruzan fronteras físicas y emocionales con la
esperanza de que el futuro sea tan liviano como este microcuento.
En lo personal, creo que este “¡Ojalá!” es más un grito que un susurro. Un grito
corto pero eterno que nos recuerda que, al final, lo único que no podemos dejar
atrás es a nosotros mismos.