dimarts, 30 d’abril del 2024

«La involución comunicativa», un article d’un jove de 1r de BAT-E

Joan Orquín

Estamos viviendo una época de cambios en muchos ámbitos, pero tal vez sea excesivo modificar nuestra manera de comunicarnos. Hoy en día, el lenguaje parece estar siendo lentamente opacado por la comunicación vaga. Cuando empezamos a usar mal una de las raíces de la humanidad, podemos llegar a la conclusión de que tenemos un problema.

Como seres sociales e inteligentes que somos, el lenguaje surgió como una necesidad biológica de comunicación clara. Por tanto, si el lenguaje ha existido y perdurado durante tantos siglos, somos capaces de deducir que el diálogo es la forma de entendimiento y transmisión de información más apta para nosotros. El problema viene cuando hacemos un mal uso de las palabras y empezamos a recurrir a formas de comunicación que solían servir para complementar el diálogo como formas de comunicación principales.

Las nuevas generaciones son las que más practican y desarrollan el problema de comunicación del que hablamos. No se trata de que les cueste hablar de manera formal, ni que suelan emplear en sus diálogos palabras extranjeras. Al fin y al cabo, eso sigue siendo lenguaje. Se trata de la escasa capacidad comunicativa que demuestran. Cuando se quedan sin palabras, suelen recurrir a su diccionario pobre en expresiones como “en plan”, “ya me entiendes”, o directamente emplean gestos u onomatopeyas para indicar su dificultad al expresar sus ideas. Este hecho afecta indirectamente de manera perjudicial a sus capacidades de pensamiento crítico y reflexión.

En conclusión, tenemos la certeza de afirmar que estamos viviendo una involución comunicativa, influenciada por la sociedad de estímulos instantáneos y rapidez de información. El lenguaje se creó por algo, las palabras, si se usan bien, pueden expresar cualquier tipo de idea. Ahora más que nunca, hay que fomentar la reflexión, el diálogo y el enriquecimiento lingüístico.

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