In memoriam: Rafa López, maestro de la vida

Un exalumne de l'IES l'Estació, que desitja conservar l'anonimat, s'acomiada del recentment desaparegut professor de Cultura Clàssica

Conocí a Rafa hace 5 años, en una pequeña clase del Instituto l'Estació donde nos enseñaba griego y latín. Entró al aula con un café, una ensaimada y una sonrisa. Antes de empezar la clase repartió, cariñosamente, un mote a cada alumno: la mofle, la gusana, a mí me tocó mule (iba con muletas).
 Tenía verdadera vocación por la educación, he tenido muchos profesores pero pocos educadores. Nos enseñó latín y griego pero sobre todo aprendimos el arte de amar la vida mediante la sencillez y la felicidad de las pequeñas cosas: libros, naturaleza, buena compañía y música. Nos instruyó en materias vitales como la bondad, la humildad, la amistad, el amor, a cultivar un pensamiento libre, todo aquello que no se aprende en una clase de economía pero consigue que seamos un poco más humanos. Gracias a él descubrí la riqueza que emana de la filosofía oriental, me dejó un libro de Swami Vivekananda. También aprendí a formar parte de la naturaleza leyendo el Walden de Thoreau, cuántas veces me recomendó su lectura... Es el privilegio de haber escuchado durante 5 años a un educador, acabas amando el conocimiento, viajando todos los días sin levantarte de la silla.
   Pero no era todo filosofía y libros, su alma rockera hizo que escuchásemos a Creedence, Janis Joplin, King Crimson, The Animals, Jethro Tull, Pearl Jam... nos equivocamos de siglo. Su dualidad hacía que empezásemos escuchando Creedence y acabásemos con Wagner o Beethoven. Así era él, un espíritu libre, un explorador incansable, un animalista convencido. Su indignación por la clase política nos hizo descubrir el significado de la democracia, caminando, cómo no, hacia la Grecia clásica.
   Durante sus años de docencia consiguió llegar al alma de muchos alumnos, somos lo que somos gracias a su bondad y sabiduría. Rafa no ha muerto, nuestra memoria y nuestros actos le harán eterno.

Mule