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| Foto: Gtres |
Recientemente la
selección española de fútbol femenino ha sido campeona del mundial de este año.
Estábamos frente a un buen momento para fomentar nuestro deporte, pero un
suceso controvertido se llevó la atención de las masas por completo. Luis
Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, besó en los
labios a una de las jugadoras en forma de felicitación por el partido. ¿Se
trata de un abuso sexual? ¿Cuáles eran las intenciones de Rubiales?
Jenny Hermoso es la
víctima de este acontecimiento. Rubiales la besó durante la entrega de premios
y las felicitaciones. En directo se pudo ver que el presidente sostuvo con
ambas manos la cabeza de la jugadora, una acción que, según los expertos en
lenguaje corporal, podría significar impedimento de evitar el beso y posesión
hacia Hermoso. Sin embargo, gran parte de la gente piensa que fue un gesto sin
intenciones de abuso, bajo el efecto de la euforia al ganar el mundial. Estoy
de acuerdo, pero eso no justifica en ningún caso la acción, que considero un
leve abuso cometido sin el propósito de extralimitarse, sino felicitar.
La jugadora respondió en
primera instancia a la polémica defendiendo al presidente. Afirmó que todo fue
consentido. También llegaron al público unos audios grabados durante el regreso
a España de las jugadoras después del partido. Todos se tomaban el beso a
broma. Con el tiempo, los medios de comunicación y algunos partidos políticos
fueron ejerciendo presión sobre Hermoso para que condenara el abuso, cosa que
acabó sucediendo.
En conclusión, la única
persona que debe determinar si fue abuso o no es la jugadora. Los medios la
acabaron manipulando y, para mí, no defienden nada, solo generan propaganda
política. Me parece que Jenny Hermoso es una hipócrita fácil de manipular, cegada
por la moral de la sociedad, cuando ella fue quien vivió el posible abuso. Y
Rubiales no deja de ser un vulgar envuelto de más polémicas. Aunque abusar de
Hermoso no fue probablemente su intención, su conducta merece ser condenada con
rotundidad.
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