Peter Pan convertido en sombra
Ana Soler Doria
A
los sesenta y cinco años, Leopoldo María Panero se marcha de entre
nosotros junto con sus francas palabras.
En
la poesía actual debemos destacar el nombre de Leopoldo María
Panero, considerado uno de los más originales y contundentes poetas.
Incluido en el grupo de “Los Novísimos”, los nueve novísimos
poetas españoles de José María Castellet.
En
sus poemas, el radical y heterodoxo autor trata temas basados en
vivencias propias - obra autobiográfica con voz autorreferencial-.
Por este motivo cada una de sus composiciones se puede considerar un
pequeño fragmento de su vida, una vía de escape, una forma de
expresión, de desfogue, puro sentimiento y sinceridad que consigue
únicamente tomando papel y tinta. La autenticidad reflejada en cada
escrito ha llevado a muchos lectores a un punto de admiración
extrema hacia él por tanta claridad transmitida.
En
su creación se detectan dos épocas muy marcadas: una primera en la
cual despliega un amplio culturalismo y, una segunda posiblemente un
poco menos interesante a causa de la avanzada enfermedad psiquiátrica
sufrida.
Con
una mentalidad adolescente, deshaciéndose así de la conciencia
adulta, crea una mitología propia lo que acaba por proporcionarle el
sobrenombre de Peter Pan, nuestro Peter Pan de la literatura.
Al
igual que el resto de sus hermanos, Panero se marcha sin superar los
setenta años de vida cumpliendo así con la conocida y popularizada
maldición de los Panero.
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