divendres, 31 de gener del 2025

'Los ecos rotos', un poema d'una alumna de 2n ESO A per al Dia de la Pau

Los Ecos Rotos

Per Pau B. P.

El alba despierta con un grito ahogado,
un sol tembloroso entre el polvo y el fuego.
Las calles vacías son sombras de un mundo
que ayer respiraba y hoy en recuerdo quedó convertido.

Los muros susurran nombres olvidados,
rostros que el viento se llevó sin piedad.
Cartas rasgadas y sueños rotos,
duermen en tierra que nunca hablará.

El niño que juega con restos de escombros
nunca ha sabido lo que es un hogar.
No entiende el estruendo, la furia del hombre,
pero su silencio ya es algo habitual.

Su padre marchó con la cabeza alta,
su hermano partió y no volvió jamás.
Él solo recoge cenizas y polvo,
buscando respuestas en un campo de sal.

Los hombres avanzan con rostros de piedra,
marchan sin alma, con armas en pie.
No ven las lágrimas, no oyen las súplicas,
tan solo obedecen, no pueden volver.

El suelo respira cenizas y miedo,
la lluvia es de plomo, el río es de sal.
Los árboles lloran, las flores se apagan,
la guerra consume hasta la verdad.

Pero en la distancia, en rincones ocultos,
aún quedan voces que quieren cantar.
Voces que piden, entre el estruendo,
una tregua, un respiro, un nuevo comenzar.

¿Qué es la paz sino el sueño quebrado
de aquellos que un día dejaron de hablar?
Un puente invisible, un hilo tan frágil
que en manos de pocos se puede romper.

No hay paz en banderas, en muros ni espadas,
no es un decreto ni un falso papel.
La paz es la risa de un niño sin miedo,
el sol sin cenizas, la tierra sin hiel.

Es tiempo de alzarla, de hacerla eterna,
de darle un nombre, de hacerla real.
Porque tras la guerra no quedan vencedores,
solo cicatrices que no sanarán.


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